Publicado en El Norte de Castilla el 6 de mayo de 2016
Pues ya está. Habemus nuevas elecciones. 111 días. Eso ha durado el paripé de la Legislatura número XI. Googleando 111 sale una noticia perteneciente al Diario de Mallorca que resulta desasosegante: “La demora para una colonoscopia es de 111 días”. Muy significativo y apropiado, ¿no? Que yo sepa los ciudadanos hicimos ya nuestro trabajo las pasadas elecciones del 20 de diciembre. Los que no han hecho su trabajo son los políticos que elegimos aquel día. Ahora nos vuelven a convocar y lo seguirán haciendo hasta que votemos bien. Mientras tanto, los diputados que han protagonizado esta vergonzante legislatura seguirán cobrando parte o la totalidad de sus retribuciones además de conservar algunas de sus “bien ganadas” comodidades como móvil y tablet a cargo del Congreso. Y por si fuera poco nos avisan de que las nuevas elecciones rondarán los 160 millones de euros de gasto. Pensar que unos 50 millones están previstos para buzoneo son para echarse a llorar. Creo que la mayoría estaremos de acuerdo en que ese dinero se gaste en otras cosas un millón de veces más necesarias y perentorias. Pero tranquilos que ya ha llegado el Borbón para proponer austeridad. Él sabe de lo que habla. De hecho, en su elección el gasto fue mínimo. De otro Borbón se acordó Pérez Reverte en los actos conmemorativos del Dos de Mayo. Vino a decir que en aquella ocasión los españolitos supimos unirnos para sacar del país a un gobierno invasor aunque fuese para poner en el trono al rey más nefasto de toda la historia de España. Y mira que hay dónde elegir. También Reverte se acordó de “los jóvenes exiliados, humillados y ninguneados” que deben abandonar España para buscarse el futuro. Rajoy andaba por allí pero no debió de pillar la indirecta. También por allí estaba Estrella Morente que abroncó a los políticos entre bulerías y fandangos. Disculpen pero es mi oportunidad, dijo interrumpiendo su actuación, “estamos hartos de que en España no haya diálogo”. Rajoy y el resto de políticos estaban a lo suyo. Pensando, posiblemente, que aquí somos muy españoles y mucho españoles. Además, quién es Estrella Morante para abroncar a los padres de la patria. Al final va a ser verdad que dos de cada tres españoles creen que Estrella Morente es una cerveza.