He estado pensando el título, después de no saber muy bien lo que voy a escribir, manda narices. Bueno, si que lo sé pero ignoro si lo sabré expresar.
Supongo quiero escribir sobre el descontento, sobre cuando alguien te pone entre la espada y la pared, y eso es terriblemente injusto, sobre cuando ves mucha hipocresía disfrazada de “entendimiento” a tu alrededor.
Supongo que todos los seres humanos tenemos ese lado dañino, ese lado oculto, ese lado de sombra.
Y cuando sale a la superficie (suele estar agazapado) vemos cómo duele, cuánto duele.
Pero lo mismo ya es tarde para darse cuenta, lo mismo se nos cae esa persona que era algo más en nuestras vidas, y descubres como con tantas cosas que los ídolos, amig@s, son de barro, como al final somos todos.
No sé la integridad hasta dónde puede llegar en nuestros días, no sé hasta dónde se puede confiar en las personas, y este “no sé” lo repito hasta la saciedad, porque es mi verdad, que no sé nada de nada, pero lo peor es cuando descubres eso que creías saber y eres la más ignorante de esta vida que nos arrastra, donde la fidelidad y el saber escuchar es un bien escaso, muy escaso.
Y ya que lo de esta bloguera es escribir sobre las complicaciones y vivencias, sobre lo rutinario, sobre lo que nos ocurre cada día, pues me gustaría saber si soy yo sola la que tiene estas sensaciones, o si estoy acompañada en la más pura decepción que sentimos los seres humanos. Supongo que sí, que no estoy sola en esto, quizá la diferencia está en que me valgo de este blog para expresarlo.
Decepción que supongo ayuda adquirir experiencias que procuraremos no repetir, más que nada por lo que duelen, por el vacío que dejan…
Esas sombras supongo al final dejan una parte positiva, así debe ser y así será.
Se hará la luz, siempre de alguna manera se ve la claridad, afortunadamente.
Ignoro si esta charla ha quedado meridianamente clara, o confusa a tope, pero lo mismo alguien sabe de qué hablo por experiencias parecidas, decepciones, sombras, luces, en fin, personas que se nos van cayendo como un castillo de arena.
Nunca aprenderemos, hay que confiar en estos seres humanos que nos acompañan por el camino de la vida, después llegaran otros… siempre llegan otros.
Saludos blogueros.