He intentado escribir una carta a Papá Noel pero la he dejado a medias. Total, sé que nadie me va a traer lo que más deseo. Y mucho menos el barrigudo ese…. No conozco, al respecto, mejor carta que la que nos regalaron los geniales Gomaspuma. Yo también me siento un poco como Nano, el ejemplar niño que sueña con una bicicleta, un tren eléctrico y un par de patines y al que el incompetente y falso de Papá Noel le deja, bajo el arbolito, una puta peonza, una mierda de trompeta y un maldito par de calcetines. Y es que,¡qué huevos los tuyos, Santa Claus!