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Vicente Álvarez

EL FARO DE AQUALUNG

QUE TREINTA AÑOS NO SON NADA

Publicado en El Norte de Castilla el 11 de enero de 2007
TVE nos ha bombardeado, durante el pasado año, con imágenes de todo tipo para conmemorar su 50 aniversario, imágenes que ya forman parte de nuestra memoria colectiva, imágenes golosas de los documentalistas de la televisión pública, gente con un arma poderosísima entre sus manos y, realmente, muy desaprovechada. Ahora, en el 2007, los servicios informativos se han sacado de la manga una serie de especiales que pretenden rememorar algunos de los momentos más importantes de nuestra historia reciente. Han empezado por echar la vista treinta años atrás y recordarnos el convulso mes de enero de 1977. Las imágenes que surgen parecen provenir de un oscuro y lejano lugar de las cavernas, con gente que vestía como los de ‘Cuéntame’, con bigotitos trasnochados atufando el aire y con demasiadas personas levantándose cara al sol cada mañana. La muerte del dictador que estaba todavía muy reciente, vaya. Habían secuestrado a Oriol de Urquijo, Presidente del Consejo de Estado y, poco después, al general Villaescusa, Presidente del Consejo Superior de Justicia Militar. El 23 de enero moría de un disparo en la cabeza el estudiante Arturo Ruiz en una manifestación; al día siguiente se producía la Matanza de Atocha en la que un comando ultraderechista mataba a cinco abogados de un despacho laboralista; y un día después una chica moría en otra manifestación. España está en llamas y las imágenes del documental ponen los pelos de punta. Botes de humo, cargas policiales y los grises montando el caballo de Guernica. Un nostálgico de los fusilamientos saca una pistola en mitad de una manifestación y comienza a disparar. Los hermanos del estudiante asesinado que claman justicia treinta años después (con el asesino en la calle, sin haber pagado jamás por su crimen) y un Rodolfo Martín Villa, ministro de la Gobernación entonces, que rememora acojonado aquellos días. Son treinta años pero parecen mil y, en realidad, fueron ayer. Al menos eso parece cuando sale a la palestra el peligroso ‘historiador’ Pío Moa, con un letrero debajo que le identifica como antiguo militante del GRAPO. Ya saben, el tipo que sostiene que el PSOE propugnó e inició la Guerra Civil (que dicha guerra empezó, en realidad, en 1934), el que defiende a capa y espada que Franco y sus secuaces vinieron a salvarnos de las hordas marxistas, el tipo que jalea y adora la derechona más rancia de este país, el que vende más libros que Pérez Reverte, el que considera a los homosexuales personas taradas que no admiten su defecto, el que estuvo enrolado en un grupo terrorista de la extrema izquierda, el nuevo San Pablo recién caído del caballo. Bueno, ya sabemos que en su viaje hacia la luz le acompañó el ayatollah de las ondas…. Cómo mosquean estos bandazos ideológicos. Suena todo raro, muy raro. Es como si el ejemplar ciudadano democrático Sáenz de Ynestrillas ingresase de repente en Batasuna y fuese besando la ikurriña por las ‘herriko’ tabernas. Por cierto, acabo de leer que ETA reivindica el atentado de Barajas. Aun así, tras asesinar a dos personas, tiene la desfachatez de decir que mantiene el alto el fuego. Lo dicho, estos tipos son unos tarados. Y todos dan mucho miedo. Va a ser verdad, en fin, que los extremos se tocan.

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Sobre el autor

Escribe novelas y cosas así. Sus detractores dicen que los millones de libros que ha vendido se deben a su cara bonita y a su cuerpo escultural. Y no les falta razón. www.vicentealvarez.com


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