Santiago Auserón nunca está quieto. Su última propuesta ha consistido en coger algunas de sus mejores canciones, pasarlas por el tamiz del jazz y envolverlas con sonidos hispánicos intemporales. De ello se ha encargado una orquesta de jazz formada por jóvenes estudiantes de música que, tomando como base las perlas del cancionero de Santiago Auserón (el rock de Radio Futura y la herencia del blues y del son cubano que caracterizan a Juan Perro), las ha pasado por el filtro del jazz a lo grande, el de la big band. Un proyecto valiente y poco común que nos devuelve himnos como “La negra flor” o “El canto del gallo” con ropajes de misterio y belleza absoluta. El mayor juglar eléctrico contemporáneo todavía enamorado de la estatua del Jardín Botánico. “No más tragos, no más penas, no más cantos de sirena”.